Marcala, La Paz. El uso de aguas contaminadas con el fungicida ha
sido uno de los factores del fracaso en la lucha contra la roya del café.
Según el técnico del Instituto Hondureño del Café,
IHCAFE, Mariano Nolasco, el uso de aguas contaminadas para la aplicación de los
fungicidas que ellos distribuyen no ha permitido tener los resultados
esperados”.
“Hemos notado que lo que ha afectado la eficiencia
del producto ha sido el uso de aguas contaminadas; lo que ha afectado la
eficiencia de los productos es la calidad de agua que el productor ha
utilizado; hemos visto que mucha gente usa aguas estancadas, aguas muy turbias
y aguas con problemas de PH”, destacó Nolasco.
Nolasco detalló que el problema que tiene el
productor es que en las fincas “no hay agua potable, limpias”.
El funcionario del IHCAFE comentó que el efecto de
estos productos dura entre 30 a 45 días, por eso “nosotros recomendamos que
la aplicación se hagan cada 45 días”. “Sucede que los productores
hacen la aplicación de los fungicidas cuando las fincas ya tienen la enfermedad,
y los niveles de infestación arriba del 15 por ciento y con el producto lo que
sucede es que a la planta de café se le caen las hojas”.
Por su parte Alexis Reyes productor de café criticó
que el IHCAFE a “estas alturas” le esté echando la culpa al productor porque no
utilizó agua limpia y hasta ahora vienen a decir eso”. “Lo que veo es que el
IHCAFE le está echando la culpa al productor, y si ellos recomendaron un
producto y éste no funciona, ellos son los responsables” puntualizó el
productor.
René Martínez productor de café comentó “yo probé
combatir la roya con los productos que son sistémicos y mientras estuve
aplicando, la finca estaba muy bonita y cuando terminé “la corta” las matas
quedaron desfoliadas. Es muy difícil, las autoridades siguen recomendando los
foliares pero en realidad yo estoy convencido que fumigar no funciona y es
mejor empezar a cambiar variedades, las resistentes ante la roya, y no da,
seguir invirtiendo en estos productos”.
Publicado por El Marcalino
Edición 333, 18 de febrero del 2014
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