19 de noviembre de 2013

La policía Militar: centro de la campaña de Juan Orlando

Por Jorge Barralaga
Lo que siempre he sabido de la Policía Militar en Honduras es que, emulando a la Military Police –MP- del ejército de EEUU, se creó para dar seguridad a las instalaciones militares y a los soldados que salían de franco. Antes como ahora, siempre fue requisito la altura superior a 1.70, algún nivel de escolaridad mayor del común y eran entrenados para combate personal, que por lo general solo tenían que usar para controlar soldados borrachos en los burdeles del pueblo.
Pues las cosas han cambiado, ya no son tan inofensivos, ahora asumen tareas que no son propias de un soldado, tienen que enfrentar delincuentes del crimen común y organizado, investigar y planificar operativos, acompañarse de fiscales, tramitar y ejecutar cateos de viviendas de sospechosos, recoger evidencias y entregar a los fiscales un caso documentado para levantar la acusación en los tribunales. Vaya clase de enredo el que están haciendo con este asunto.
El punto es este; tanto las teorías sobre el desarrollo del Estado como la historia de las naciones recogen con absoluta claridad las funciones de un policía y las de un militar, ambos son órganos represivos del Estado pero con funciones especializadas, el primero se ocupa de la seguridad interna y el segundo de la seguridad exterior. Y es aceptable que el militar intervenga en tareas de apoyo a la policía solo en momentos de emergencia nacional por desastres naturales, e incluso en casos de inestabilidad social.
Pero acá  está pasando algo, o Juan Orlando no entiende lo que está haciendo o nosotros no entendemos lo que quiere hacer el señor y que ha demostrado que lo puede hacer desde que controla todos los poderes del Estado. ¡Y…, ahí la respuesta!, si controla todos los poderes del Estado, a cuenta de que va a entregar el poder, acaso basta con lo que digan los electores(as), no lo creo.
Llegado este momento, basta un poco de duda sobre el resultado y será su verdad la que se imponga. Esa condición ya la empezaron a fabricar con las encuestas, con presencia en los medios de 20 a 1 respecto de cualquier otro partido e intimidando dirigentes de LIBRE para crear  estados de miedo colectivo. Es lo que ocurrió con Darwin Espinal de la Flor del Campo de Tegucigalpa, su casa fue cateada por tener una bandera de LIBRE y así la Policía Militar tiene su primer caso de éxito contra la delincuencia.
Así que la orden del día es hacer que la diferencia entre Juan Orlando y Xiomara Castro sea la menor posible, la suficiente para “volverla discutible”, del resto se ocupará  la institucionalidad del Estado que para eso se han estado haciendo los ajustes necesarios. Pero, si eso no bastara y el descontento popular se desborda, pues ya estarán listos cuando menos 1000 policías militares para hacer  lo que tengan que hacer. ¿Quien dijo que esto sería fácil?
Publicado por El Marcalino
Edición 323, 29 de octubre del 2013.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola no puedo ber en internet su diario como hago

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