Por: Oscar Mauricio
Ramos Henríquez
Fue muy emocionante aunque algo difícil porque
Nelson era “arriscado” (serio) y había que hacerle caso, hubo que meterse al
rio, hacer caminos donde no había,
escalar en otras partes, los que logramos
llegar hasta el chorro, nos sentimos vencedores, allí almorzamos ya como a la
una, y que rico es comer con hambre,
aparte que disfrutamos de una deliciosa jalea de mora que preparaba doña
Piedad y que nos la regalaba cada vez que salíamos a excursionar; los que no,
los que se quedaron a medio camino (algunas hasta lloraron, otros arruinaron
los zapatos, creían que era fácil) , venían cansados, engarrapatados y con cara
de “viagra” (con la cara parada) por la hambreada que sufrieron porque comida,
no sobró.
Publicado por El
Marcalino
Edición 321, 15 de
octubre del 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario