Por: Oscar Mauricio
Ramos Henríquez
Unos
años más tarde en una semana santa fuimos como despedida (yo ya vivía en Tegus) a un circo que se
instaló en “la calle ancha” cerca del río Guaralape, por donde están los
garajes de transportes Lila, todo eso eran unas fincas (no existía aún el
puente ni la calle donde está comercial
Mardan), en cuenta andaba un hijo de don Mario Cobos que se llama Roberto y que
tendría unos trece años en ese entonces.- Era un circo pequeño, destapado, con
unos payasos que no daban risa, con
chistes viejos y sin gracia.- A Roberto se le ocurrió que cada vez que
dijeran un chiste íbamos a protestar y cuando fuera una conversación nos íbamos
a reír; así pasó buena parte de la función hasta que de pronto se oyó el ruido
de los motores de un par de camiones y alguien dijo “ANDAN RECLUTANDO!!! (en
ese entonces el reclutamiento era casi una cacería humana), yo solo vi un mar
de hombres que se tiraron por todos lados y salieron corriendo por esas fincas,
casi me pareció el efecto de cuando está hirviendo la leche y se derrama por
todos lados de la olla; en menos de dos minutos ese circo quedó medio vacío,
casi solo con mujeres, ancianos y niños, lo peor era que el grupito que andábamos,
lo menos que sabíamos era escapar por esas fincas; se preguntarán como nos
salvamos.- Ya más tranquilo el ambiente, llegó el oficial encargado del
reclutamiento y dijo: “aquí no ha pasado nada, pueden seguir la función”.- Y
van saliendo aquel “cachimbo” (gran
cantidad) de payasos, unos poniendo discos, otros ayudando a tensar las cuerdas
para el equilibrista.- Tantos eran que el oficial preguntó: “y todos estos
trabajan en este circo?”; “todos ellos” le contestó el dueño; “bueno” dijo el
oficial “si vos sos payaso, contate un chiste” le dijo a Sammy Nolasco que era
uno de los disfrazados, y aquel con una voz tan “sufrida” se contó el chiste
aquel de: “papá le pego al perro?... No! Porque te va a morder, Papá le pego al
perro?..., No! Porque te va a morder, papá le pego al perro?..., PEGALE PUES!!,
ah, y si me muerde?”.- Como ven, el chiste es de lo peor, tal vez fue el único
que se le vino a la mente, pero sería cómo lo contó, o la voz que le salió que el oficial se rió, dio la
vuelta y se marchó, así nos salvamos de la reclutada, gracias al dueño del
circo .-Un poco más tarde don Mario se encargó de llevarnos a cada uno de los
como quince que andábamos a nuestras casas en una camioneta wagoneer que tenía;
allí íbamos como sardinas, pero a salvo.
Sigue...
Publicado por El Marcalino
Edición 24 de septiembre del 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario