Por Jorge Barralaga
Este tema es esencial para
la construcción de procesos de desarrollo autónomo de los pueblos pero con
frecuencia el ciudadano (a) común carece de la formación, información y
condiciones organizativas para proponer mecanismos propios de acceso al poder
político desde la comunidad y marcar los rumbos del desarrollo a seguir. Esto
explica además, la baja participación ciudadana y el cómodo control en el
ejercicio del poder por parte de los partidos tradicionales y los grupos
económicos que representan.
De la descentralización hay
que decir que fue propuesta por los organismos financieros internacionales en
1990, como parte de un “programa de modernización del Estado”, precisamente
tras la caída de campo socialista en Europa. El propósito fue sacar al Estado
del protagonismo en la gestión del desarrollo del país, asumiendo que tal
desarrollo solo es posible cuando los individuos toman la iniciativa, esta es
la piedra angular del modelo económico neoliberal.
Pero, ni el proyecto
neoliberal se consolidó en el mundo ni la descentralización se materializó en
Honduras, por el contrario, hay 2 hechos que destacar del recorrido en los
últimos 23 años. Primero, EEUU y Europa atraviesan la más grande crisis de su
historia y casi toda América Latina toma distancia del imperio y ensaya modelos
económicos alternativos; y segundo, en Honduras la descentralización se estancó
porque no era útil para que los diputados (as) retuvieran el poder en cada
nueva elección. Para precisar que es lo que se estancó, por descentralización
se entiende la transferencia y desarrollo de capacidades técnicas, legales y
financieras desde el gobierno central a las municipalidades. Para los alcaldes
(as), el punto de preocupación es el incumplimiento en las transferencias
financieras que para el 2013 ascienden al 11% del presupuesto nacional, pero
ocurre que los frecuentes atrasos les impiden financiar la oferta electoral y
eso es grave para quienes buscan reelegirse.
Y acá el problema toral de
la descentralización; mientras desde el interés de los alcaldes (as) es el
dinero, desde el interés de las comunidades debería ser el poder político. La
idea es tan simple como justa; cada comunidad toma la iniciativa de su
desarrollo constituyendo su propio gobierno comunitario, formula su plan de
desarrollo y lo gestiona desde adentro hacia afuera y ahí tiene al gobierno
municipal que a la vez deberá formular planes estratégicos y operativos a
partir de los planes comunales.
¿Qué es lo que hace falta
para esto?, poder político para introducir en la ley de municipalidades lo
siguiente: La figura del gobierno comunitario, la obligación de hacer el plan y
presupuesto municipal a partir de las demandas priorizadas por las comunidades
y la figura del referéndum revocatorio del cargo cuando haya un alcalde (sa)
que incumpla los planes aprobados, ignore la consulta organizada al pueblo,
incurra en actos de corrupción o simplemente resulte incapaz de gerenciar el
desarrollo del municipio. La descentralización no es tal mientras no llegue a
la comunidad.
Publicado por El Marcalino
Edición 311, 06 de agosto del
2013.
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