22 de mayo de 2013

La Marcala que yo recuerdo 21


Por: Oscar Mauricio Ramos Henríquez

Pero esa pista también sirvió para competencias entre jovenzuelos de aquellas épocas probando las bondades de los carros nuevos adquiridos con la venta del “grano de oro” (el café) ; uno de esos retos memorables ocurridos por esos años fue el protagonizado por el hijo de don Jeremías Argueta  que también se llama Jeremías y otro amigo que le pregunté si podía decir su nombre y me dijo que no pero que  identificaré como “mister T”, que es hijo de una exitosa cafetalera  y torrefactora marcalina, que también tiene un vivero de plantas muy bonitas  en la carretera hacia La Esperanza; con él platicamos casi siempre cuando voy a ver partidos .-Los dos andaban con toyotas land crusier que eran el rolls roice (el carro de lujo) de aquellos tiempos y que por estar rindiéndole culto al dios vaco (por estar bebiendo) se enfrascaron en una discusión sobre quien poseía las mejores habilidades de manejo y el mejor automóvil.- Y de los hechos pasaron a la práctica; usando los mil metros (un kilometro) de largo que tenía la pista del campo de aterrizaje se dispusieron para ver cuál era el carro más veloz; los dos se fueron hasta la punta donde hoy está la cancha alterna y desde allí comenzó la competencia saliendo los dos automoviles en veloz carrera dejando por detrás una estela de polvo, cuando iban a los quinientos metros o sea a mitad de la pista los dos toyotas iban a la par, no había claro ganador pero ya cerca de la otra punta empezó a desacelerar Jeremías  y a acelerar mister T que con gritos de jubilo decía gané!!, ganèèè!!, ganèèè!!; tan emocionado iba que no se acordó que después de la pista había un barranco y que cuando reaccionó y quiso hacer la “vuelta del bandido” en vez de lograrlo  salió “volando” por los aires con el Toyota, dando unas volteretas hasta llegar al fondo por donde hoy están unas casas que en ese entonces eran unos guayabales, solo se oía el viento y el motor encendido al fondo del precipicio  .-Todos corrieron a la punta de la pista gritando: Mister T !!!!, mister T!!!! temiendo lo peor, pero mister T salió un poco aturdido y caminando por sus propios pasos y diciendo “ya ven que les dije que mi carro era bueno porque ni se apagó  el motor” .-Allí terminó la competencia y el efecto de los tragos ; yo creo que uno ganó perdiendo y el otro perdió ganando .-Y la verdad que el land crusier  ERA BUENO porque aunque efectivamente no se le apagó el motor,  quedó todo “apachado” como balde de albañil y listo para el taller.-
Continuará….
 Publicado por El Marcalino
Edición 299, 14 de mayo del 2013

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