Por: Oscar Mauricio Ramos Henríquez
Pero
esa pista también sirvió para competencias entre jovenzuelos de aquellas épocas
probando las bondades de los carros nuevos adquiridos con la venta del “grano
de oro” (el café) ; uno de esos retos memorables ocurridos por esos años fue el
protagonizado por el hijo de don Jeremías Argueta que también se llama Jeremías y otro amigo
que le pregunté si podía decir su nombre y me dijo que no pero que identificaré como “mister T”, que es hijo de
una exitosa cafetalera y torrefactora
marcalina, que también tiene un vivero de plantas muy bonitas en la carretera hacia La Esperanza; con él
platicamos casi siempre cuando voy a ver partidos .-Los dos andaban con toyotas
land crusier que eran el rolls roice (el carro de lujo) de aquellos tiempos y
que por estar rindiéndole culto al dios vaco (por estar bebiendo) se
enfrascaron en una discusión sobre quien poseía las mejores habilidades de
manejo y el mejor automóvil.- Y de los hechos pasaron a la práctica; usando los
mil metros (un kilometro) de largo que tenía la pista del campo de aterrizaje
se dispusieron para ver cuál era el carro más veloz; los dos se fueron hasta la
punta donde hoy está la cancha alterna y desde allí comenzó la competencia
saliendo los dos automoviles en veloz carrera dejando por detrás una estela de
polvo, cuando iban a los quinientos metros o sea a mitad de la pista los dos
toyotas iban a la par, no había claro ganador pero ya cerca de la otra punta
empezó a desacelerar Jeremías y a
acelerar mister T que con gritos de jubilo decía gané!!, ganèèè!!, ganèèè!!; tan emocionado iba que no se
acordó que después de la pista había un barranco y que cuando reaccionó y quiso
hacer la “vuelta del bandido” en vez de lograrlo salió “volando” por los aires con el Toyota,
dando unas volteretas hasta llegar al fondo por donde hoy están unas casas que
en ese entonces eran unos guayabales, solo se oía el viento y el motor
encendido al fondo del precipicio
.-Todos corrieron a la punta de la pista gritando: Mister T !!!!, mister
T!!!! temiendo lo peor, pero mister T salió un poco aturdido y caminando por
sus propios pasos y diciendo “ya ven que les dije que mi carro era bueno porque
ni se apagó el motor” .-Allí terminó la
competencia y el efecto de los tragos ; yo creo que uno ganó perdiendo y el
otro perdió ganando .-Y la verdad que el land crusier ERA BUENO porque aunque efectivamente no se
le apagó el motor, quedó todo “apachado”
como balde de albañil y listo para el taller.-
Continuará….
Publicado por El Marcalino
Edición 299, 14 de mayo del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario