En
los años en que fui niño ya existían así
como hoy, cinco calles que comunican el
barrio Concepción con el barrio San Miguel pero solo habían dos puentes y eran:
el de la calle del mercado por donde estaba la botica del dr. Bonilla
Contreras, que era igual como está en estos tiempos y el otro en la siguiente
calle donde venden verduras y que en ese entonces era de madera con un techo
muy bonito pero eventualmente se pudrió y lo hicieron tal y como es hoy; las
otras calles solo tenían pasadas hechas con dos “trozas” de pinos o con piedras
que había que saltar y solo en verano se podía pasar; después hicieron el que
está cerca de la alcaldía, luego el que está por el colegio San Martín que por
cierto era el lugar de estacionamiento de decenas de caballos que la gente que
vivía en la montaña traía jueves y domingo para llevar las compras; y por
último el que está en “la calle ancha” que es la calle más recta que conduce a San Rafael.- Todavía falta hacer uno por donde
está el centro “Amor y Esperanza”, haber
que alcaldía termina de comunicar estos dos barrios. -No eran tan necesarios
pues hasta antes del ¡¡boom!! Del café a finales de la década del 70 no
pasaba de 25 carros en la ciudad y sus alrededores ; eso daba oportunidad de
jugar o de andar en las bicicletas número 28
que eran exclusivamente para adultos entre ellos Mario Delcid o Dimas Montoya; eran muy pocas, todas eran de color negro y
cuando alguno de ellos nos las prestaban,
había que meterse entre el caballo porque eran muy altas para los niños
o los muy chaparros y más de alguno se enredó en la cadena porque se usaban los
pantalones acampanados que cubrían todo
el zapato o más y en el caso de los zapatos, eran de plataforma, yo llegué a
medir cerca de 1.80 metros, porque entre más altos, más de moda, no sé como
hacíamos para correr, jugar, bailar y ver para abajo sin marearnos; así era
aquella época, también y como hoy habían
grupitos de amigos o amigas que eran muy unidos como el grupo “NOSUFRAS” que eran mis vecinas y que en aquel anonimato del
nombre pedían canciones de amor, de esas que uno se puede cortar las venas y en
cruz para que no lo salven; no como las canciones de hoy que dicen cosas como
“móntame la camella” o “si no le contesto se desespera, ea, ea, ea” o “señora,
su hija está …..
Sigue….
Publicado por El Marcalino
Edición 297, 30 de Abril del
2013
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