Por
Jorge Barralaga
3 meses de estira y encoge sobre la reforma a la ley
de telecomunicaciones terminó en fracaso del gobierno Lobo-Hernández. La
disputa no fue con la sociedad civil, tampoco con las radios comunitarias y las
empresas de cable; la fuerza que se impuso es la de los grandes medios de
comunicación, es decir, Audio-video,
Emisoras Unidas, Televicentro, La Prensa, El Heraldo, entre otros.
Tenemos que recordar
que otras leyes más lesivas al interés del pueblo sí pasaron, algunas con más
de 100 de los 128 diputados, es el caso de las ciudades modelos, la compra de
mil millones de lempiras en cemento con fines proselitistas, la reforma a la
tasa de seguridad para resolver problemas financieros del gobierno y la
extradición de hondureños a Estados Unidos. ¿Qué pasó esta vez?
Un poco de contexto.
El gobierno nacionalista, actor directo del golpe de Estado, recibió el impacto
de la crisis política y económica del 2009-2010, con la consecuente caída de
los ingresos fiscales, la interrupción de la cooperación internacional y
también la disminución de las remesas familiares ante la crisis financiera de
Estados Unidos. Frente a esto, con ingresos disminuidos, el presupuesto de
gastos siempre fue mayor año tras año.
La necesidad de recursos ha sido tal que el gobierno
ha caído en impago hasta de las cosas más elementales como el salario de los
empleados públicos y para financiarse ha recurrido a mecanismos que ni el
gobierno de Mel se propuso seriamente, es el caso de la tasa de seguridad y la
eliminación de las exoneraciones. Y acá empezó a tocar intereses de los bancos
y de empresas parasitarias como las comidas rápidas, los hoteles y otros.
Esto fue suficiente para desechar a Juan Orlando como
el candidato de la oligarquía nacional y extranjera, de esto se han encargado
los grandes medios de comunicación como Televicentro y los demás mencionados.
De esta forma es que nace la idea de amenazar a esos medios a través de una
reforma a la ley de telecomunicaciones que les quite el control del espectro
radio-eléctrico y censure el contenido de su programación.
En opinión de muchos, incluyéndome, nunca tuvieron
verdadero interés en concretar esta medida, el gobierno Lobo-Hernández solo ha
estado extorsionando a esos medios para llegar a una situación negociada que
les permitiera levantar el perfil de su candidato. Si no es así, ¿por qué lo
habrían de hacer en pleno año electoral cuando se da por sentado que sin
Televicentro y compañía y sin el apoyo de los empresarios, la pérdida es
inevitable?
En esta dirección se debe colocar las conclusiones de
Frank La Rue, relator de DDHH de la ONU, al decir que se debe separar el tema
de la regulación del espectro radio-eléctrico de la censura a los contenidos
que se divulgan pero no, Juan Orlando y Pepe los presentaron juntos porque así
cumplían su propósito de extorsión y al final del día, fracasaron antes quienes
son los verdaderos dueños de este país, los mismos que financiaron el golpe,
los mismos a quienes siempre han servido desde el poder político.
Publicado por El Marcalino
Edición 298, 07 de mayo del 2013
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