Por J. Rene Gámez
Indudablemente, desde las épocas de los gobiernos
militares en que la ley del rifle imperaba y la ciudadanía no tenia
absolutamente ninguna manera de participar activamente en decisiones que
tuvieran que ver con el futuro del país, hasta el día de hoy y a mas de tres
décadas de haber emprendido la ruta de la democracia, son muchos los cambios
que ha sufrido la sociedad hondureña: muchas las instituciones creadas, muchas
las leyes promulgadas, muchas las iniciativas algunas de ellas muy positivas en
busca de esa ruta democrática, ocho los gobiernos formales que han escrito y
escriben nuestra historia. Se ha avanzado en muchas áreas, pero democracia no
es ejercer el derecho de votar cada 4 años, o tener juntas nominadoras
manipuladas para seleccionar candidatos a magistrados de la Corte de Justicia,
tenemos el voto domiciliario; la deuda política para cumplirlas; clientelismo;
fraudes electorales; corrupción institucional generalizada; instituciones del
estado de derecho politizados; un golpe de estado aun no resuelto; uno de los
tres poderes del estado coludido con otro, y un tercer poder de
rodillas ante los otros dos; también tenemos medios de comunicación defensores
de intereses privados por encima del interés público; periodistas al mejor
postor; han servido para disfrazar de democracia la existencia de un sistema de
gobierno oligárquico donde las decisiones más importantes han sido tomadas como siempre a sucedido por un pequeño grupo.
Situaciones estas que nos han llevado hasta la rotura del orden constitucional
como pasó en el 2009. Como podemos ver las consecuencias de esas rupturas
apenas empiezan a vislumbrarse, con la nueva aparición de nuevas fuerzas
políticas pero algo que si deben de tomar en cuenta nuestros políticos es que
mientras no eduquemos a nuestro pueblo, siempre seguirá votando y no eligiendo,
se hace necesario la formación de una verdadera conciencia política y social; y
así poder romper de una vez con el maldito bipartidismo que tanto daño nos ha hecho.
Publicado por El Marcalino
Edición 299, 14 de mayo del 2013
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