Estuve pensando y concluyo que el pasar de los días
advierten para mí una novedad que añoro. No sé qué es ni pretendo averiguarlo
pero el sentir me avisa.
En estos días logré asomarme a las letras que
ofrece Don Mario en sus libro de Prosa y Versos, (Diciembre 2010, Ideas
Litográficas S.A. Tegucigalpa) y confieso que descubro en su poesía la
confesión de alguien que aprendió en el silencio los gritos de una vida
cotidiana, sin sobresaltos pero repleta.
Siempre me han gustado las letras; en esos pozos
yacen los secretos mejor guardados de la humanidad que le queda a este mundo,
allí la belleza se calca en versos. Me obligo a compartir este sentimiento y si
usted cree que lo más profundo se haya en lo sencillo, si no se le ha olvidado
que lo bello no es una cosa sino el deleite que produce la creación que nos
rodea, entonces léalo y me dirá.
El Marcalino está pendiente de publicar una
semblanza organizada del contenido de este libro. Mientras llega haga que sea
posible y léalo. Adéntrese en el océano de una mente y deleite su esencia en el
silencio de leer una prosa y versos de Don Mario. Entonces dirá dónde está que
no lo hallé, y si lo encontró confesará que ha vivo para sentirlo.
Publicado por El
Marcalino
Edición 293, 02 de Abril
del 2013.
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