Por Jorge Barralaga
Este fin de semana la
unidad del Partido Nacional quedó “sellada”, atrás quedó el conteo voto por
voto y el llamado a luchar contra el fraude; Callejas le hizo entender a
Ricardo que insistir en el tema haría que el “Ricardismo” se lo tomara en serio
y la derrota sería inevitable en noviembre. Pero es tarde, los cachitos (as) de
base que fueron a apoyar a su líder fueron reprimidos, con gaseada incluida al
mejor estilo usado contra la Resistencia, y no son pocos los que habiéndose
quedado en casa, también se sienten traicionados (as).
Pero, ¿es acaso la primera vez que ocurre algo así?,
pues no, rotundamente no; es práctica rutinaria de liberales y nacionalistas.
Lo que pasa ahora es que la cúpula nacionalista tiene una división de fondo;
hay 2 sectores, el de Ricardo, comprometido con la oligarquía económica
dominante que controla al país y el sector de Pepe/Juan Orlando que,
controlando los 3 poderes del Estado, impulsa el surgimiento o consolidación de
nuevos ricos, encabezados por los que conducen al partido Nacional en cada
departamento.
Entre los 2 sectores no hay ninguna diferencia
ideológica, ambos defienden al modelo económico neoliberal con el pecho, su
idea de democracia pasa por la libertad de acumulación de capital en pocas
manos, declaran como patriótica la entrega del territorio y mano de obra barata
al capital extranjero y ambos definen a la persona humana como exitosa por el
tamaño de sus cuentas de banco y como fracasada cuando es incapaz de superar la
miseria en que vive; olvidando que así viven casi 6 millones de hondureños
(as).
De paso hay que decir que los liberales también están
divididos por causas parecidas, pero sin fuerza para prolongar conflictos
internos; al no gobernar el país solo les queda negociar votos en el Congreso a
cambio de beneficios particulares. En ese partido se impuso el sector
Villedista, el más comprometido con la oligarquía empresarial golpista, y se
impuso con tal descaro que, ante la falta de electores (as), en las mesas estuvieron
más ocupados llenando papeletas y urnas. Y Yani, pues papi le dijo que no
gastara más…tiempo.
Volvamos al tema. ¿Qué es lo que hace que un ser
humano reconozca sus intereses de clase y asuma posiciones políticas coherentes
con esos intereses?, sin duda hay más de una circunstancia, pero fue el golpe de Estado del 2009 y la represión
habida, lo que más ha contribuido recientemente a que el pueblo gane conciencia
política. No se puede entender de otra manera el hecho que cientos de miles de
liberales y nacionalistas estén ahora impulsando una nueva alternativa a través
del partido LIBRE.
Pues bien, lo ocurrido en el partido Nacional debe
entenderse como un ejemplo más del tipo de conflicto que se produce en la
cúpula de los partidos oligárquicos, siempre terminan en abrazos y con la
predecible frase de “unidad granítica”. El problema es con los cachitos (as) de
base, después de sacarse la madre a bailar y más de alguna revolcada en la
calle, siempre queda esperar de algunos (as) la posición digna de cuando menos
abandonar ese partido, porque no representa sus intereses económicos y
sociales.
Publicado por El
Marcalino
Edición 289, 05 de Marzo
del 2013.
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