Los hechos que han trascendido sobre el dinero
incautado a la esposa del ex-ministro de finanzas, solo confirman que todo lo
que sabemos sobre la corrupción gubernamental, es por puro accidente. Un sitio
donde pasan miles de carros al día, encontrar el carro de un delincuente es
accidental, que los policías hayan actuado correctamente es otro accidente y
que haya un periodista valiente y honesto dispuesto a sostener la denuncia de
este acto de corrupción es también un accidente.
Suena injusto para los policías y periodistas honestos
pero, ¿cuantas veces pasa esto en un año?; casi nunca. Se me ocurre que si tan
solo la mitad de los periodistas y policías actuaran como los involucrados en
este caso, bastaría para poner en jaque todo el sistema de corrupción e
impunidad existente, meterían en crisis a todos los poderes del Estado, a la
cúpula del bipartidismo, a los empresarios que hacen negocios con el gobierno,
a las FFAA, etc.
Pero, hay una advertencia por hacer, hasta los
accidentes ocurren bajo ciertas coyunturas. El cuestionamiento a la policía a
partir de noviembre anterior, con el asesinato de los estudiantes
universitarios, obligó al gobierno a impulsar cierta depuración y los policías
honestos vieron la oportunidad de mostrarse, esta es la primera coyuntura.
Lo segundo es que cuando se tiene tanto poder bajo
gente corrupta, el congreso y el poder ejecutivo están en manos del movimiento
“Azules Unidos”, la noción de impunidad se desborda; así entregaron 6
camaroneras a testaferros, asumiendo que nunca se conocería ese despojo al
pueblo. A esto hay que agregar otra coyuntura, los medios oligárquicos,
-Televicentro, Emisoras Unidas, Audio - video,
La Prensa/El Heraldo, entre otros-
no están con el grupo gobernante. Sus candidatos son otros: Miguel
Pastor, Ricardo Álvarez y Mauricio Villeda.
Y lo que estaba destinado a ser un acto más de
corrupción que caería en el silencio cómplice de los medios, se volvió tema
público más de un día y la posición timorata de Renato Álvarez la noche de la
detención cambió al día siguiente, la justificación inicial del fiscal general
pasó al nombramiento de fiscales para investigar, hasta Ramón Custodió vio la
oportunidad de lavarse un poco la sucia imagen ganada con el Golpe de Estado y
decidió que debía proteger al valiente periodista Ariel De Vicente.
Que a nadie extrañe si nuevos casos de corrupción
trascienden en los próximos días. El grupo de Ricardo Álvarez, que no tiene el
menor interés en luchar contra la corrupción, ve la oportunidad de debilitar a
Juan Orlando y lo mismo pensará Miguel Pastor; ambos podrían ayudar a destapar
la olla empezando por la red de compras de medicina y equipos en Salud Pública,
los contratos de maletín en SOPTRAVI, de donde más sale el financiamiento de
las millonarias campañas políticas.
Ya irán saliendo más destapes aunque al final del día
nadie sea castigado, donde lo único que trasciende es lo que resultó imposible
de cubrir, o lo que algunos grupos necesitaban que se conociera en la misma
disputa por el poder. Es cuestión de coyunturas.
Escrito por Jorge Barralaga
Publicado por El
Marcalino
Edición 262, 7 de agosto
del 2012
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