Entre las
novedades políticas para las elecciones del 2013 está la participación del
conocido presentador de la televisión, Salvador Nasralla, quien ha logrado
llenar todos los requisitos exigidos por el TSE, para inscribir a su Partido
Anticorrupción (PAC).
A
pesar de que todavía no ha oficializado su candidatura en un lanzamiento con el
acostumbrado despilfarro de fondos como
lo han hecho otros precandidatos de los partidos tradicionales, Nasralla tiene
“temblando” a los políticos criollos porque en las encuestas privadas, aparece
en los primeros lugares de popularidad.
Nasralla,
aunque virgen en política vernácula, tiene una amplia trayectoria en los medios
de comunicación sobre todo en Televicentro del consorcio Villeda Ferrari, donde
ha dirigido programas de espectáculos y deportes.
Pero
aunque el aspirante por el PAC es una reconocida figura mediática, su actual
popularidad en política parece provenir del fenómeno de los “outsiders” termino
aplicado a personas que deciden incursionar en política sin tener trayectoria
en ese campo, que ostentan un prestigio ganado en otras actividades y
desarrollan un discurso donde condenan a
los Partidos y a la política
tradicional, el mejor ejemplo en
Latinoamérica es Alberto Fujimori ex
presidente de Perú.
En
tal sentido al presentarse como
“apolíticos”, suelen encontrar apoyo en amplios sectores de una ciudadanía harta de los errores de los diferentes
gobiernos presididos por los políticos
tradicionales.
Salvador
Nasralla encaja muy bien con el concepto de los “outsiders políticos” ya que es
una reconocida figura mediática, que durante muchos años ha dirigido con buen
suceso programas de gran aceptación.
Entre
saltito y saltito con sus pantaloncitos rosa, vestido elegantemente para
transmitir concursos de belleza y eventos internacionales de la farándula o
emocionándose hasta el éxtasis cuando hay triunfos de la selección, ha
entretenido a públicos diversos y ahora se está posicionando como un verdadero
fenómeno político.
Sus
críticas bien fundamentadas, sus fuertes y viriles ataques contra la corrupción
y la política vernácula, aunado a su visibilidad pública desde los medios de
comunicación, lo ubican actualmente en altos niveles de popularidad.
En poco tiempo ha logrado la adhesión de miles
de votos de indecisos, de jóvenes que votaran por primera vez o de un amplio
sector de la población desencantada ante los altos niveles de desprestigio y la
falta de credibilidad de los partidos políticos y de las instituciones que
sostienen el sistema.
Las
interrogantes son: ¿Será suficiente la personalidad que ha proyectado desde los
medios de comunicación de ser una figura diferente a los políticos
tradicionales, con muchas dotes de perfectibilidad y hasta de autoritarismo,
para enfrentar a los partidos políticos que tienen estructuras organizativas en
todo el país?.
¿Su
imagen de pulcritud y de no estar contaminado con la política tradicional se
mantendrá cuando presente sus planillas a cargos de elección popular para
diputaciones y alcaldías?
¿Podrán
los electores provenientes de una sociedad machista y tradicional, desprenderse
de prejuicios y elegir como su principal autoridad a una personalidad
controversial que sigue presentándose en los medios con sus short rosados o en
diminutos trajes de baño a la par de bellas modelos?
En
política no hay nada escrito y las cosas pueden cambiar drásticamente de un día
para otro veremos si Salvador Alejandro Cesar Nasralla Salum y su Partido
Anticorrupción podrán enfrentar estos desafíos o se quedará nada más como un
fenómeno mediático.
Publicado por El
Marcalino
Edición 246, 17 de abril
del 2012
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