Por: Lorena Melghem.
Esta semana el Tribunal Supremo Electoral inscribió un nuevo partido: Alianza Patriótica de Honduras (ALIANZA), liderado por el ex jefe de las Fuerzas Armadas General Romeo Vásquez Velázquez, con lo que son ocho los partidos políticos legalmente inscritos para participar en los próximos comicios electorales.
Su máximo dirigente, el General Romeo Vásquez Velázquez, todavía no ha expresado públicamente su aspiración presidencial, quizás para continuar por un tiempo más disfrutando de los privilegios que le da la Gerencia de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (HONDUTEL).
A juzgar por lo expresado por el portavoz de este nuevo partido el ex capitán Gilberto Rivera, la impresión que da es que es un partido militar o el partido de las Fuerzas Armadas al declarar que la nueva institución política cuenta con un voto duro de 500 mil votantes, echando en cuenta a los “reservistas”y otros vinculados con las FFAA.
Aunque también pareciera un partido “militar-eclesiástico”, ya que el mismo vocero confió que han recibido ayuda de algunas iglesias (Vida Abundante, Mi Viña, y algún sector de la iglesia católica), su consigna: “Orden y Seguridad” deja entrever que su esencia es puramente castrense.
Su lema es: Dios, Patria y Familia, el mismo de todos los aspirantes a dictadores desde la ultraderecha, por lo que no se descarta que pueda ser el partido de la ultraderecha militarista hondureña.
Con consignas parecidas llegó al poder en Guatemala el actual mandatario Otto Pérez Molina, un ex militar con un pasado plagado de acusaciones de violaciones a los derechos humanos en el vecino país.
Aunque en la encuesta realizada el año anterior por el Centro de Estudios para la Democracia (CESPAD) un 36.7 por ciento de los ciudadanos encuestados expresó que no le tenían ninguna confianza a las Fuerzas Armadas, no hay que pasar por alto que aún hay hondureños que se sienten fascinados por un uniforme, aparte de que a la mayoría de ex militares los persigue el síndrome de la milicia, aunque sus recuerdos no sean tan gratos.
Por otro lado la población hondureña, cansada de vivir indefensa y a merced de la delincuencia, puede dejarse llevar por el espejismo de un eslogan como es: “orden y seguridad”.
Así las cosas, por lo menos unos cuantos diputados podría lograr el partido de quien fungiera como jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas cuando se produjo el Golpe de Estado contra José Manuel Zelaya.
Publicado por El Marcalino
Edición 243, 27 de marzo del 2012
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