Las riquezas de los pueblos en general se miden por la cantidad y el valor que se le da a las cosas. Es tradicional aquello que se repite año con año; el tiempo mide la tradición. El valor y el sentido que tiene son considerados cultura.
Con frecuencia se escucha la palabra cultura como sinónimo de algo antiguo y que se mantiene de generación en generación. El arraigo son las raíces de las que se desprenden las tradiciones y la cultura es el significado que tiene para quienes las practican.
Hay una frase que me llama la atención y no estoy seguro si estamos consientes de lo que decimos al afirmar: “se está perdiendo la cultura” y muchos aseguran “se están perdiendo los valores culturales”. Me pregunto ¿qué estamos perdiendo, las tradiciones o la cultura? Porque si nos referimos a las actividades que por tradición hacemos y si esas actividades se realizan, ¿qué estamos perdiendo?.
Cuando yo era niño el significado que le daba a muchas actividades es tan distinto a lo que le doy ahora que soy adulto. Por ejemplo el nacimiento del niño Jesús. Antes me entusiasmaban los cohetes y los tamales. Ahora el ruido de la pólvora me inquieta y no logro disfrutar el estallido.
Entonces, ¿qué he perdido la tradición o la cultura?. Revisando el número de actividades tradicionales que hacemos como pueblo me doy cuenta que muchas de estas se han perdido y puedo concluir que lo que hemos perdido es el significado que tienen; hemos perdido la inocencia de creer y por el desconocimiento perdemos lo cultivado, digo yo.
Publicado por El Marcalino
Edición 230, 27 de diciembre del 2011
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