Crónicas urbanas

Opinión desde la emoción

Por la boca cae el pez reza un dicho que no pocos ignoramos. El cómo explicar esta afirmación depende de las relaciones de poder a las que estemos ligados. En la reciente sesión extraordinaria pública donde se dio a conocer una Ley que se supone vendrá a incentivar la calidad educativa del país y en las participaciones se pudo notar el nivel y la capacidad que tenemos como colectivo para el debate. Algunas participaciones que estaban más llenas de emotividad que de argumentos.  Con esto no digo que lo expresado no tiene valor pero en aras de la construcción y sostenibilidad de un debate deja mucho por fuera.

El otro día estaba en una reunión de padres y madres de familia en la cancha del Instituto “21 de Octubre” y en la exposición un maestro hizo alusión a la Ley que andaban los diputados socializando. Pues la emoción fue tanta que arrancó varias iniciativas de aplausos en la asamblea. Una ciudadana que compartía el aplauso no aguantó su emoción y gritó sin esperar la aprobación del público “VIVA MEL” y lo hizo como cuando uno tiene algo entre la garganta y no lo deja respirar. Algunos se pusieron a reir pero muchos aplaudieron.

Y es que cuando estamos en grupo tenemos un comportamiento bastante diferente al que solemos tener cuando nadie nos ve. Existe en el común de la gente una inconformidad con toda la situación del país y no desaprovechan ningún espacio para desahogarse y expresar lo que siente.

Pero me queda la duda sobre la capacidad que estamos desarrollando para hacer propuestas y encontrar mejores estrategias para librar las luchas que nos toca enfrentar hoy en día. La emoción sigue siendo un denominador común pero opiniones desde la propuesta cuesta más. Y es que como decía un amigo mío es más fácil obedecer que crear y seguir a otro que hacer caminos.

Pero aún con emoción ahora participamos más en los asuntos públicos que antes, digo yo. 

Carlos Galeas

Publicado por El Marcalino

Edición 193, 05 abril del 2011