UNA LECCIÓN PARA NO OLVIDAR
Por Jaime Suazo
Durante todo el campeonato de futbol local se ha vivido una cadena de acontecimientos polémicos que ha trasmitido una imagen un tanto vergonzosa ante los que disfrutan del futbol en las graderías de los estadios, cerca de sus radios o frente a sus televisores.
Todo parte de una desorganización y falta de compromiso de hacer las cosas bien de todos los involucrados en el futbol federado, desde sus máximas autoridades a nivel nacional hasta los más cercanos participantes donde más de alguna irresponsabilidad en nuestras obligaciones puede repercutir de manera catastrófica en las objetivos de los equipos. Debo apuntar que las leyes que rigen al futbol se crearon de manera apresurada porque fue una exigencia de la FIFA, primero no se tuvo a tiempo y tuvo que pedirse una prórroga para cumplir con lo exigido. Ahí comienzan las irresponsabilidades que se aúnan a todas las demás que se cometen a nivel local.
Se sabe que El Club Deportivo Gorriones perdió la oportunidad de participar en la final por un error administrativo que deja en la nada todo su esfuerzo técnico, táctico y físico, una simple mala tabulación de las tarjetas amarillas mostradas a uno de sus jugadores fue suficiente. El Club Laser por el contrario esta en uso de su legitimo derecho de pedir que se respete la reglamentación del futbol, una cosa no tiene vinculación con la otra si lo que se pide es el respeto a la ley, pero todo el desastre administrativo parte de la arrogancia y prepotencia de algunos árbitros que se niegan a entregar los informes arbitrales a la liga porque a su criterio poco caballeroso es una muestra de sumisión ante la autoridad de la liga, por igual debo reconocer que la liga no respalda su control con formatos pre elaborados como lo demanda un futbol actual competitivo y se complementa con una inasistencia y desorden de nombramientos de los delegados de los clubes ante las reuniones de la liga que hace concluir que solo nos interesa ver correr los veintidós jugadores detrás del balón entre el desorden, la irresponsabilidad y la falta de compromiso en lo que queremos hacer.
Publicado por El Marcalino
Edición 191, 22 de marzo del 2011
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