El pasado mes de septiembre, la Municipal de Marcala rindió un justo homenaje a los Maestros Jubilados, realmente fue un momento agradable de alegría, remembranzas, convivencia y reencuentros, se le agradece al Alcalde por este acierto.
Después de las palabras de introducción y dedicación, tanto de don Elías Vásquez, de la Prof. Martha Rebeca y de don Rigoberto, previo a la cena, se dio un espacio de tribuna libre, es difícil que un maestro se quede callado ante tal oportunidad, así tuvimos la ocasión de escuchar la elocuencia de Temístocles Vásquez*, y de Adalberto Espinoza, la declamación de Oscar Efrén Bautista, la copla de Olga Susana Vásquez, pero el momento culminante de muestra de talentos fue la participación esperada de Marina Izaguirre, nos hizo cantar “… era para mi la vida entera, como un sol de primavera, mi esperanza y mi ilusión, sabía que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón. Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas yo no puedo olvidar, sueño con el pasado que añoro, el viejo tiempo que lloro, y que nunca volverá…”, precioso, realmente emotivo, arrancó aplausos y más de una lágrima mal disimulada.
Viejos, los caminos son los viejos, “el pellejo es el que se arruga, pero nuestro corazón es joven, por siempre” dijo Darío Mendoza.
Muchos de los compañeros maestros y maestras recordaron los tiempos dorados de su docencia, con sus dificultades, con sus condiciones, con sus consecuencias, un docente entregado a su labor, en donde lo principal era el joven o el niño, su educación y la formación de su carácter, un docente que era líder de su comunidad y que estaba integrado a ella, un docente que era un ejemplo a imitar por su capacidad, por su servicio, por su civismo, por su ética; en aquellos tiempos los jóvenes y niños encontraban en sus maestros referentes de lo que serían en el futuro, hoy es difícil convencer a un joven para que estudie magisterio. Desde 1976 luchamos por el Estatuto del Docente y lo hicimos por dignificar la carrera magisterial, con tristeza vemos que aquellos a quienes benefician hoy no lo dignifican y toman de esta Ley sólo lo que les conviene, no sólo se ha deshonrado al Estatuto sino más que todo la carrera magisterial. Soy injusto al pluralizar este concepto, se que muchos MAESTROS de mi Patria, a los cuales pido perdón, diariamente, dentro y fuera del aula, dignifican su profesión, sólo por ellos estoy dispuesto a defender el Estatuto del Docente y la Escuela Pública.
*Intencionalmente he omitido el título de mis compañeros docentes, yo creo que no les importará que los llame por su nombre y que creen como yo que los títulos o grados académicos deben demostrarse en el servicio
Constancio C. Martínez Guzmán
Publicado por El Marcalino
Edición 170, 11 de octubre del 2010
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