El sábado 17 de mayo del 2014 y mientras
esperábamos, frente a la Iglesia Parroquial de Marcala, un camión con insignia
militar llegó trayendo de pasajeros a una cantidad importante de niños que
salían por las ventanas del automotor y gritaban.
Alegres se notaban los niños, y cuando pasaron
frente a donde estábamos, noté la mirada seria de dos militares que venían en
la puerta del camión, como diciendo para qué nos toman fotografías. Por cierto,
replicábamos las prácticas de violín que habíamos estado ejecutando en la Casa
de la Cultura, unos minutos antes.
Me quedé con la pregunta sin respuesta de saber
quiénes eran los niños que llenaban el camión verde del décimo. Al rato, dos
niños y una niña, se acercaron con curiosidad adonde estaba todavía tocando el
violín y aunque no dijeron nada, en su mirada se notaba la inquietud por el
instrumento que portaba. Les ofrecí la oportunidad de tocarlo y solo uno de
ellos se atrevió a tomarlo en sus manos. “Le gustó” creo, y le pregunté qué les
enseñaban los militares y uno de ellos contestó: “cosas”. Y qué cosas le
reprengunté. “A marchar y nos dieron unas charlas” dijo con seguridad, mientras
mantenía la mirada fija en el violín. Ahh, y te gusta, le dije? Sí, contestó,
sin mucha seguridad. Ustedes son los guardianes, verdad le dije preguntando.
Los tres se miraron y sonrieron. No sé qué me quisieron decir pero eso fue lo
que yo vi.
Redacción. Carlos Galeas
Publicado
por El Marcalino
Edición
344, 21 de mayo del 2014
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