Por: Oscar Mauricio Ramos
Henríquez
Esa vez que fue a visitar a
Concha Montes , otra vez que fue al velorio de Diamantina Sorto , una pariente
que vivía en barrio Omoa y muchas veces que fue al barrio La Tejera donde
celebraban al Señor de Esquipulas el 15 de enero si mal no recuerdo.- En cuanto a mí, donde me
encontraba me agarraba de los “cachetes” (mejillas) y me decía:”¡Ay Mauricito,
si virgen fuera, mi amor te diera!”.-Así tenía sus frases para todo mundo hasta
para el general Melgar Castro que en algún tiempo fue jefe de estado de
Honduras y que una vez que estaba comiendo en un restaurante y la seguridad no
la dejaba pasar le grito bien fuerte:“¡Oíme Juan Alberto, deciles a estos tus
guaruras que me dejen pasar, que ya les dije que te vengo a ver porque vos sos
mi damo!”, allí soltó la carcajada el general y como que la iban a detener,
luego de eso, le fue a dar un abrazo fuerte, le hizo otras bromas que no se las
puedo contar por “picantes”.- Así era aquella mujer, tenía que ver con todo, y
como vivía por “La COMARCA” pasaba peleando con los cipotes que iban a nadar a
“la pila”.- En una de tantas estaban bañando los de siempre (Rodolfo, trejo y
otros más) cuando ella llegó y sin más ni más dijo: “ bueno güirros hijos de
pu%&!!! (Tenía un vocabulario muy
“florido”). Es que no saben que es prohibido bañarse aquí; y diciendo esto se
fue hacia los palos de manzanos que era el sitio que servía de escondite para
dejar la ropa y tomó la que más a mano estaba mientras el grupito de niños de
unos doce años corrían “en pinga” a rescatar los “atados de ropa” para evitar
que ella se los llevara, pero aún así logró agarrar uno, y de quien creen que
era…… Pues de Rodolfo que a decir verdad era más “torcido que una cola de
chancho” .- Ya lo vio y como era el único que andaba desnudo y suplicando que
le diera la ropa (en ese entonces eran tan pocos niños que se podía identificar
de que familia eran), pues “ni corta ni perezosa” le dijo:“Ya vas a ver
“moto”(niño), que le “ voa” (voy a) llevar esta ropa a tu papá para que
aprendas a que aquí no se viene a nadar,
y se fue.- Pues allá iba mi buen amigo Pérez, como Dios lo trajo al mundo a
pleno mediodía, por detrás del centro de salud y atravesando las fincas de ese
entonces (en toda esa zona no habían casas), con “las miserias al aire libre”
hasta llegar a la casa donde ya había llegado la ropa y donde le esperaba ya
“la macaniada” con “P” de pij$%&ada!!!!!.- En vano esperó en un palo de
guanijquil al más puro estilo “hombre araña”, agarrado como cascarón de
chicharra viendo a ver si el papá se descuidaba para entrar, pero que va,
siempre lo mandó a buscar con los otros hermanos y así como venía, así lo
“macanió”, pero con todo y esto, un par de semanas después ya estaba de nuevo
nadando en aquella pila que a decir verdad, tenía algo mágico y era el encanto
de los niños de aquellas épocas…
Publicado por El
Marcalino
Edición 331, 05 de
febrero del 2014.
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