Estamos en cuenta regresiva,
son pocos los días que hacen falta para la hora de la verdad, estamos viviendo
las vísperas de la fiesta del próximo 24 de Noviembre. Digo fiesta porque en
verdad es una fiesta; es un día en que la democracia debe ganar. No importa
quienes sean los o las elegidas, lo que sí vale es que el desarrollo de estas
elecciones se lleve a cabo en paz, armonía, ponderación, educación, sin
obcecación; no importa quienes celebren
al final, lo que sí nos debe importar es que la democracia debe ser la única
vencedora.
Muchas y muchos están
esperando esta fecha porque allí se decide su futuro laboral, las becas para
sus hijos, regalías, favores, tráfico de influencias etc. Sin embargo déjenme
decirles que es cuestión de conciencia social.
Es sorprendente que a estas
alturas del siglo XXI aun sigamos con las mañas y costumbres de siempre y lo
más lamentable y contradictorio es que todos los días hablamos de conciencia
social y cada día menos nos interesamos en profundizar en este término y peor
en ponerlo en práctica, convirtiéndose así en una utopía nacional.
Este próximo 24 de
Noviembre pidámosle a Dios ilumine nuestra mente, corazón y conciencia para
poder hacer la mejor elección; no por nuestro bienestar singular o familiar,
sino por amor a todo nuestro pueblo Hondureño y en este caso por nuestro
departamento, La Paz.
Votemos no por interés, ni
por quien habla más bonito o por quien le quitó el hambre por estos casi cuatro
años, hagámoslo por propuesta, por valores, por principios, y sobre todo
hagámoslo con conciencia social.
DIOS SALVE
HONDURAS
Escrito por: Milagro Castañeda de Sánchez, Msc. en Seguridad Humana
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