9 de octubre de 2013

La empresa privada y las elecciones

Por Jorge Barralaga

 A inicios de la semana anterior, mientras se discutía el tema de competitividad del país, cuya calificación ha caído desde la posición 90 a la 111 en los últimos 4 años, superado por todos los demás países de Centroamérica, llamó la atención la declaración de Aline Flores, Presidenta del COHEP, en un tono de total frustración pero también de prepotencia y amenaza.
Insistiendo en la necesidad de contar con una agenda de competitividad que coloque a Honduras como país atractivo a la inversión interna y externa, textualmente dijo lo siguiente: “Esa agenda la debe presidir el sector privado les guste o no les guste, de lo contrario no van a llegar a ser presidentes de la República”. Cualquiera sea la motivación, esta afirmación  desnuda de cuerpo entero lo que subyace en el pensamiento de quienes hegemonizan el poder económico.
Por cierto, agregado a la arrogancia de esta señora, hay que decir que el entorno de esas palabras es la frustración que ella y muchos otros empresarios tienen con Juan Orlando, es su peor candidato en mucho tiempo, no porque tengan diferencias ideológicas sino por el cinismo y la ambición sin límite que este personaje muestra en cada acto. Recién se había elegido los fiscales de manera fraudulenta y pocos días atrás había hecho el ridículo en el foro empresarial 2030, conducido por el periodista Jorge Gestoso.
La reacción de la presidenta del COHEP, si bien revela una conducta emotiva y poco racional,  también recoge el pensamiento de otros empresarios y para ellos está claro que Juan Orlando no puede ser su candidato; tampoco Nasralla porque no tiene organización partidaria para ganar siquiera una diputación. Así las cosas, todo indica que su inversión se volcará sobre Villeda,  quien además les garantiza entregarles no solo la agenda de competitividad, también el control de todos los poderes del Estado.
Vuelvo a las palabras de Aline Flores; cuando alguien se atreve a decir “…les guste o no les guste, de lo contrario no van a llegar a ser presidentes”, está haciendo una amenaza y no a los candidatos (as), la está haciendo a todo el pueblo hondureño pues las elecciones son el mecanismo a través del cual se elige los poderes ejecutivo y legislativo y según doña Aline, lo que el pueblo decida con su voto no cuenta porque de eso se ocupa el sector privado, tal como lo han hecho todo el tiempo.
En conclusión, es evidente que la cúpula empresarial está  nerviosa y no sabe qué hacer para mantener su influencia sobre el nuevo gobierno. Villeda es el candidato que mejor protegería sus intereses pero su partido quedó destrozado con el golpe de Estado y sin opciones de ganar frente al peso de doña Xiomara; vaya lío, solo les queda Juan Orlando y este tiene su propia agenda sobre qué hacer con Honduras, hipotecar el país y asegurar negocios al club de nuevos ricos que lo acompaña.
  
Publicado por El Marcalino

Edición 317, 17 de septiembre del 2013

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