Por: Oscar Ramón Paz Arévalo
En el
mes de noviembre estaremos celebrando las elecciones generales donde elegiremos
a las personas que decidirán nuestro destino en los próximos cuatro años. Desde
esta realidad la responsabilidad y la consecuencia que nuestra conciencia nos
reclama, estamos convocados a ejercer nuestro derecho y deber a votar.
Todos estamos llamados a
participar activamente en la vida pública, sea como personas o sea como
asociaciones, todo cristiano o cristiana, por ser corresponsable con los demás
ciudadanos de velar por el bien común y por el respeto a los derechos y
dignidad de cada persona, tiene la exigencia moral de ir a votar, pero al
ejercer este derecho debemos hacerlo siempre teniendo en cuenta la relación que
nuestros derechos tienen con los derechos de los demás, es decir que al
depositar nuestro voto en las urnas, estamos prestando nuestra colaboración
para que los responsables políticos puedan tomar decisiones importantes que
afectarán no solo nuestra vida personal, sino que también familiar, comunitaria.
Por esto, al votar lo que estamos
haciendo es la opción por aquellas personas y partidos políticos que creemos
nos ofrecen garantías de defender el bien común considerado en toda su
integridad. Debemos tener en cuenta que el bien común comprende la promoción
del verdadero orden público, el mantenimiento de la paz, la defensa de la
libertad y la igualdad, el respeto a la vida humana y el medioambiente, la
promoción de la justicia y de la solidaridad, y la especial atención a las
personas o grupos marginados históricamente por la sociedad. Monseñor Romero
decía “que La dimensión política de la fe,
se vive a partir de los pobres”
De allí que votar exige conocer y
analizar las propuestas de los partidos políticos o candidatos y candidatas para comprobar si éstas se
ajustan al bien común, si dicen la verdad y responden a las necesidades reales
de todos los hondureños y hondureñas especialmente de los empobrecidos, o si
solamente son mascaras que buscan otros intereses partidistas o de los grupos
de poder como lo han venido haciendo…
Estamos todos y todas, convocados para votar en las
elecciones generales, y para obtener una vida verdaderamente democrática se
necesita que surjan y funcionen eficazmente asociaciones y grupos distintos a
los partidos políticos tradicionales donde mediante la participación activa en
estos grupos, los hondureños y hondureñas podamos proponer nuestros distintos
puntos de vista, identificar las verdaderas necesidades y defender los
auténticos intereses materiales y espirituales para una vida más justa y digna.
Publicado por El Marcalino
Edición 316, 10 de septiembre del 2013
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