Esta expresión de uso
más que popular, se usa cuando una persona, pueblo o nación entrega algo que le es muy apreciado
y vital a cambio de algo que tiene poco
valor; tiene su origen en La Biblia: Esaú y Jacob, hermanos gemelos nacidos en
este orden e hijos de Isaac se disputan la primogenitura. Siendo el primogénito
a Esaú esto no le importó mucho, pues por un delicioso guiso de lentejas cedió
el privilegio a su hermano Jacob. Posteriormente Jacob se convirtió en el
patriarca padre de las Doce Tribus de Israel y Esaú es hoy, como lo fue ayer,
el símbolo de aquellos que no aprecian, aquello que El Creador les ha dado.
El simbolismo de Esaú sigue
latente en nuestros días y en nuestra Nación, por un lado un pueblo
empobrecido. Por otro lado los políticos tradicionales, se presentan ante el
pueblo con mentiras para ganar su voto y apoderarse del gobierno mañosamente.
Un pueblo que ignora la gran magnitud del poder que su voto tiene y como
consecuencia de su ignorancia y de la miseria al que ha sido sometido estratégicamente
por los que él mal ha elegido, vende su voto “por un plato de lentejas”, el
beneficio de él le servirá por algún breve tiempo, después del cuál caerá
nuevamente en el desprecio y el olvido de aquellos a los que vendió su
preferencia, esto es cíclico, se repite
cada cuatro años.
Un ex diputado por el
departamento de La Paz, recibió en su oficina a una comitiva de un municipio,
les preguntó -¿En qué puedo servirles?-, le contestaron: -Doctor, nosotros
votamos por Usted y venimos a presentarle un proyecto y así nos devuelva el
favor que le hicimos-. El diputado abrió un libro mientras les pregunta sus
nombres y les dio: -Es cierto, votaron por mí, aquí tengo sus nombres y sus
firmas cuando recibieron los L. 500.00 que les di por su voto, así que están
pagados, nada les debo, busquen en otro lado.- La cínica respuesta del
“congresista” dejó sorprendidos a los ciudadanos, pero al mismo tiempo
aceptaron con vergüenza que hicieron mal al vender su voto “por un plato de
lentejas”.
El pueblo, a pesar de
la dura crisis que padece, valorará que su conciencia y su dignidad están por
encima de cualquier valor material que de su apropiada y libre elección depende
el futuro de este país.
Publicado por El Marcalino
Edición 311, 06 de agosto del
2013.
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