Luego
de haber colocado la botella en el poste que quedaba como a unos 80 metros de
la casa se dirigió a mí y me dijo: “Hijo, usted es el jefe de esta casa y por
eso le voy a enseñar a disparar esta pistola para que defienda estas señoras,
pero quiero que sepa que tiene que ser muy responsable porque esto no es para
jugar”.-Diciendo esto me fue explicando paso a paso que debía de hacer y yo muy
atento oí todas sus instrucciones; “bueno, dijo: ahora voy a hacer un disparo
de prueba y después vamos a ver como dispara ud, hay que apuntar muy bien, vea
como le doy a la botella” me puso atrás y a un lado de él; yo me tapé los oídos
con fuerza porque ya había oído disparar
y la pistola sonaba bien duro (no sabía ni entendía de calibres, para mi todas
las pistolas eran iguales).- BAAANG!!! Sonó aquel disparo y que pulsito de mi
papá….. Del primer disparo se voló la yegua; yo vi como el animal caía abatido
del certero balazo (aunque la bala era para la botella).- Se hizo un silencio
casi sepulcral y luego de eso, mi abuela que había estado muy atenta a todo lo
que mi papá me estaba enseñando dijo: “Oiga Ramos (así le decía mi abuela a mi
papá) si así pretende que el niño aprenda a manejar un arma, mejor no le enseñe
ni porra porque la próxima vez le puede dar a uno de mis animales; haber Gume
(Gumercindo Lazo era el mayordomo) búsquele una barra y una pala a Ramos porque
parece que ya se puso trabajo para esta tarde”.- Luego de un rato, como a las
tres de la tarde, ya cuando nos veníamos para Marcala vi a lo lejos a mi papá sin camisa, todo
pelado por el sudor haciendo el hoyo para enterrar el equino muerto en mi
primera práctica de tiro, también vi la botella que salió “ilesa” de incidente
y que no supe que fin tuvo, si la quebró de la frustración porque esquivo el
tiro o se la robaron del poste….Y de las clases de tiro, no me volvió a enseñar
y nunca más volví a ver esa pistola.
Hace
algunas semanas vi por la televisión a Pilo Bonilla hablar en “Lenca” y a
Quique Guzmán servirle de “traductor”, no le sabía esos dones a los dos; pero
no crean que son los primeros en dominar “lenguas exóticas o idiomas muertos”
pues yo recuerdo que mi papá tenía una rutina que le salía muy bien y era con
Esteban que fue un niño que se crío en la casa.- Cuando estaba con sus amigos
le decía: “kamura bejuca!!!”, le daba un peso y salía disparado el cipote a
traerle cigarros King bee a la pulpería de “mamá Leca”, luego le decía “Mongo
sipango!!!” y corría, esta vez a la cocina a traerle los fósforos;
Continuará….
Publicado por el Marcalino
Edición 305, 25 de junio del 2013
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