Por Jorge
Barralaga
Siempre creí que
después del Che, sería Fidel el siguiente líder revolucionario que
los pueblos del mundo canonizarían como símbolo de lucha y
resistencia antiimperialista, su deceso parecía inminente el 2006
pero no, el comandante continúa ahí con sus reflexiones, dando luz
con su sabiduría y experiencia, a los problemas de todo tipo que la
humanidad y el planeta enfrentan. El destino quiso que su lugar lo
tomara el Comandante Hugo Chávez Frías, sin que este sospechara el
impacto de su muerte a nivel planetario.
Hay una máxima
sobre el comportamiento humano que acá se cumplió una vez más,
cuando la figura de un líder se agiganta, la de sus opositores
también se empequeñece. Y este es el problema mayor de Capriles
Radonsky, el candidato de la derecha venezolana en la elección del
sucesor de Chávez el próximo 14 de abril. Mel Zelaya, quien asistió
al funeral, lo resume comentando que en opinión de los
venezolanos(as), el 60% cree que Nicolás Maduro ganará y el 40%
restante cree que Capriles perderá.
Los hechos son
irrefutables, en 16 procesos electorales a lo largo de 14 años,
Chávez siempre derrotó a sus opositores y ahora, a escasos días de
perder la lucha por su vida personal, aquellos venezolanos pobres
pero atrapados por la fabricación del pensamiento único de los
medios oligárquicos, están siendo testigos del Chávez verdadero,
del Chávez querido en todas partes, del Chávez que en solo 14 años
ha logrado revertir la miseria social en que vivían millones de sus
compatriotas.
Mientras Venezuela
vive el drama de la muerte del líder y los pueblos del mundo
manifiestan
su
dolor y solidaridad, los analistas de la derecha latinoamericana
persisten en su ceguera, o simplemente siguen el guión de quienes
pagan sus comentarios. Todos coinciden en “analizar” los hechos
desde la existencia o no del comandante y por lo tanto, sin Chávez
Venezuela vuelve a “la democracia”, es decir, a la democracia
neoliberal que solo produjo miseria para la mayoría y riqueza sin
límites en una minoría opulenta.
A estos
“analistas” les resulta imposible entender que la historia no la
construyen los líderes(as), que esa facultad pertenece única y
exclusivamente a los pueblos y que estos solo necesitan de una
conducción justa, apropiada, oportuna, desinteresada, visionaria y
revolucionaria. Es acá donde el comandante Chávez entró a la
historia y se convirtió en un personaje universal, en un referente
de los pueblos del mundo en su lucha por una sociedad justa y
democrática.
Así que lo que
ocurrirá en Venezuela el próximo 14 de abril no será otra cosa que
la ratificación del Programa de la Patria y de la revolución
socialista diseñada por Chávez, que ahora más que nunca está en
el corazón del pueblo venezolano. La conducción la tomará ahora el
Presidente Nicolás Maduro, así lo propuso el Comandante el pasado 8
de diciembre, haciendo lo que solo los grandes líderes pueden hacer,
anticipar decisiones aunque de por medio esté su propia vida.
¡Hasta siempre Comandante Chávez!
Publicado
por El Marcalino
Edición 290, 12
de Marzo del 2013.
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