Por Jorge Barralaga
Hace poco más de un año el
régimen de Pepe y Juan Orlando celebraba con mucha pompa el “Honduras está
abierta a los negocios”, un evento que reunió inversionistas de todos lados,
con la expectativa de flujos de inversión externa sin precedente. Para ello
también aprobó leyes que facilitaran esos negocios, como la empleo por horas y
otras más; pero donde saltó la tranca del proyecto neoliberal fue cuando aprobó
la ley de ciudades modelo y siempre explotando el mismo argumento, acabar con
el desempleo en el país.
A esta fecha, con solo 15 meses
por gobernar, no solo ha fracasado en su expectativa de empleo privado, también
tiene que despedir a miles de paracaidistas a quienes el Estado ya no puede
pagar el salario. Esto es grave para los cachos, le crea presión interna al
candidato de “cachitos unidos” para la interna de noviembre y el otro año la
situación será peor, cuando el candidato ganador tenga que justificar ante los
electores(as), el fracaso de su promesa de empleo masivo.
Insisto en este punto, en el
discurso nacionalista solo hay 2 temas que ofertan hasta el cansancio, el
empleo y el bono 10,000, es todo. Es así de simple, se les acabó el discurso.
Ni hablar de la cacareada seguridad, ante la falta de resultados hasta la
imaginación desapareció, lo que están aprobando es la formación de un grupo de
“rambos” a los que llaman TIGRES y con estos se resolverá lo que no pueden
hacer 14,000 policías y 12,000 soldados.
Es un callejón sin salida y no
solo porque no tienen respuesta posible a las necesidades del pueblo hondureño,
ya en el pasado hemos estado en situación parecida. La diferencia esta vez es
que si hay alternativa en el plano electoral, como nunca la tuvimos antes,
ahora tenemos la opción clara de desplazar del poder del Estado a quienes han
gobernado por más de un siglo, generando desigualdad económica y miseria social
para la mayoría.
Las crisis sociales y políticas
solo tienen 2 desenlaces posibles, su agudización a extremos mayores, lo que
implica prolongar el sufrimiento de los más pobres, o por el contrario, dar
paso a una situación nueva que no es otra cosa que construir sobre bases nuevas
un modelo de organización social y económica que responda a los intereses de
las grandes mayorías, de los pobres.
Traduciendo esto, estamos frente
a 2 visiones de cómo hacer las cosas, por un lado está el proyecto neoliberal,
orientado a la reproducción del capital a cambio casi exclusivamente de los
empleos que se generarán. Y por otro lado, sin perder de vista la necesidad de
una economía moderna y bien articulada a la economía internacional, asegurar
que la riqueza creada no se concentre en pocas manos, que se privilegie el
aprovechamiento de los recursos naturales en beneficios de las comunidades que
los poseen y se coloque a la persona humana en el centro de toda la acción del
Estado.
Esa es la propuesta del partido
LIBRE y del Frente Nacional de Resistencia Popular.
Publicado por El Marcalino
Edición 269, 25 de septiembre del 2012
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