8 de mayo de 2012

Primeros habitantes de Centroamérica vivieron en la “Gruta El Gigante”


 La cueva del Gigante o la gruta del Gigante ubicada en la comunidad de la Estanzuela en el municipio de Marcala, es uno de los mayores atractivos con lo que se cuenta en esta región y que dan cuenta de la vida de hombres y mujeres de Centroamérica 9 mil años Antes de Cristo.
Según las investigaciones realizadas en el año 2006  por los arqueólogos estadounidenses George Hasemann y Timothy Scheffler, los primeros habitantes de lo que hoy es Honduras, y probablemente de Centroamérica, vivieron hacia 9480 años Antes de Cristo en "la gruta de El Gigante".
Scheffler, miembro del Departamento de Arqueología de la Universidad Estatal de Pensilvania, en su tesis doctoral presentada en el año 2006 establece que la cueva del Gigante fue habitada el año 9480 antes de la era cristiana. Las primeras exploraciones que el antropólogo hizo fueron en el año 2001 cuando hizo un recorrido a nivel nacional para conocer sobre el arte rupestre presente en las cuevas del país.
La Gruta del Gigante se exploró por primera vez  en el año 1994 cuando el antropólogo George Hasemann había estimado en esa ocasión que probablemente había sido habitada hacia 14000 y 19000 años antes de Cristo, pero Scheffler  profundizó en las investigaciones hasta ubicar el asentamiento en el 9480.
Según la tesis doctoral de Scheffler el refugio rocoso "El Gigante" se formó en un acantilado de roca volcánica como consecuencia del agua que fue deslavando la roca sólida".
En la gruta se han encontrado restos milenarios de fibras de textiles, cuerdas y cestería, una conchas de caracol, implementos de huesos, trozos de artefactos de piedra trabajada,  puntas de proyectiles usados para la cacería y de alimentos, como mazorcas de maíz, frutas y vegetales, así como pintura rupestre.
El investigador establece también que "la fauna que existía en el lugar, además de la ciruela y el maguey, los árboles frutales y el aguacate, fueron el sustento de la población durante miles de años".
Scheffler destaca que en las paredes de la cueva se podían diferenciar dos tipos de imágenes: unas manos y una forma que se asemeja a un ganso o un cisne. La mano es un ícono común que se encuentra distribuido en Sur, Centro y Norteamérica y también es un tema común en Australia y Europa. Los cisnes presentan una manifestación simbólica local. La iconografía, de hecho puede estar relacionada con su modelo de asentamiento de subsistencia. En forma muy parecida a las pinturas del Paleolítico en Francia.
 A pesar que Marcala cuenta con un sitio que nos relata la forma de vida de los primeros habitantes de Centroamérica, no ha podido dimensionar la importancia para cuidar esta riqueza histórica, lo que ha permitido que las personas que la visitan manchen las paredes al hacer grafitis y en muchos casos los turistas realizan sus propias excavaciones en busca de tesoros.     

Publicado por el Marcalino
Edición 248, 1 de mayo del 2012

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