La cueva del Gigante o la gruta del Gigante ubicada en
la comunidad de la Estanzuela en el municipio de Marcala, es uno de los mayores
atractivos con lo que se cuenta en esta región y que dan cuenta de la vida de
hombres y mujeres de Centroamérica 9 mil años Antes de Cristo.
Según las investigaciones realizadas en el año
2006 por los arqueólogos estadounidenses
George Hasemann y Timothy Scheffler, los primeros habitantes de lo que hoy es
Honduras, y probablemente de Centroamérica, vivieron hacia 9480 años Antes de
Cristo en "la gruta de El Gigante".
Scheffler, miembro del Departamento de Arqueología de
la Universidad Estatal de Pensilvania, en su tesis doctoral presentada en el
año 2006 establece que la cueva del Gigante fue habitada el año 9480 antes de
la era cristiana. Las primeras exploraciones que el antropólogo hizo fueron en
el año 2001 cuando hizo un recorrido a nivel nacional para conocer sobre el
arte rupestre presente en las cuevas del país.
La Gruta del Gigante se exploró por primera vez en el año 1994 cuando el antropólogo George
Hasemann había estimado en esa ocasión que probablemente había sido habitada
hacia 14000 y 19000 años antes de Cristo, pero Scheffler profundizó en las investigaciones hasta
ubicar el asentamiento en el 9480.
Según la tesis doctoral de Scheffler el refugio rocoso
"El Gigante" se formó en un acantilado de roca volcánica como
consecuencia del agua que fue deslavando la roca sólida".
En la gruta se han encontrado restos milenarios de
fibras de textiles, cuerdas y cestería, una conchas de caracol, implementos de
huesos, trozos de artefactos de piedra trabajada, puntas de proyectiles usados para la cacería
y de alimentos, como mazorcas de maíz, frutas y vegetales, así como pintura
rupestre.
El investigador establece también que "la fauna
que existía en el lugar, además de la ciruela y el maguey, los árboles frutales
y el aguacate, fueron el sustento de la población durante miles de años".
Scheffler destaca que en las paredes de la cueva se
podían diferenciar dos tipos de imágenes: unas manos y una forma que se asemeja
a un ganso o un cisne. La mano es un ícono común que se encuentra distribuido
en Sur, Centro y Norteamérica y también es un tema común en Australia y Europa.
Los cisnes presentan una manifestación simbólica local. La iconografía, de
hecho puede estar relacionada con su modelo de asentamiento de subsistencia. En
forma muy parecida a las pinturas del Paleolítico en Francia.
A pesar que Marcala cuenta con un sitio que nos
relata la forma de vida de los primeros habitantes de Centroamérica, no ha
podido dimensionar la importancia para cuidar esta riqueza histórica, lo que ha
permitido que las personas que la visitan manchen las paredes al hacer grafitis
y en muchos casos los turistas realizan sus propias excavaciones en busca de
tesoros.
Publicado por el Marcalino
Edición 248, 1 de mayo del 2012
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