Unos 30 líderes (as) de las comunidades receptoras del agua para el sector urbano, recibieron la semana anterior una intensa capacitación donde se combinó la teoría con la práctica en temas como la elaboración de abonos y foliares orgánicos, diversificación de cultivos, soberanía alimentaria y mejoramiento de semillas criollas. Los conocimientos fueron impartidos por técnicos de FIPAH en coordinación con ACRA.
De esta manera los pobladores de las comunidades focalizadas que son de gran importancia para la preservación del vital líquido están aprendiendo nuevas prácticas agroecológicas con que se puedan valorar los conocimientos locales y optimizar el uso de los recursos locales minimizando el impacto negativo al ambiente.
De hecho, la agroecología es una agricultura que se basa en el uso de los recursos renovables y la conservación de los recursos naturales en general, la eliminación gradual del uso de químicos, la producción diversificada, el respeto del saber popular y el empoderamiento humano, el mejoramiento integrado de sistemas en su totalidad y la justicia e igualdad de género.
Para facilitar la participación de la mayoría de líderes (as), la capacitación se realizó en dos lugares estratégicos, los de la zona baja: El Cerrón, Planes del Naranjo, Mezcalito, Mogola y Fátima se reunieron en esta última comunidad, mientras que Zacate Blanco, San Miguel, Los Patios, Las Marías y La Unión la recibieron en Zacate Blanco en el municipio de Santa Ana.
Los participantes se mostraron muy entusiasmados y atentos a la capacitación y participaron activamente contribuyendo con la gran mayoría de los materiales. Para la elaboración de los abonos orgánicos y foliares se utilizaron materiales naturales y locales como pulpa y cascarilla de café, tierra, leguminosas, caña de azúcar pero también cebolla, ajo, chile, manzanilla, es decir materiales que no van a dañar el ambiente y que pueden garantizar la calidad y cantidad del cultivo.
Con lo anterior ACRA no solo pretende implementar acciones para preservar el recurso agua y ambiente, sino que también lograr cambios de actitud y de conducta en la población focalizada que lleve a una convivencia sostenible, con relaciones equilibradas entre los pobladores y la naturaleza, utilizando racionalmente los recursos naturales para una vida digna para todos (as).
Los participantes muestran los plaguicidas elaborados por ellos con materiales locales, con lo que controlarán las plagas sin contaminar el agua ni el ambiente, disminuyendo la utilización de productos químicos
Publicado por El Marcalino
Edición 228, 6 de diciembre del 2011
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