27 de octubre de 2011

¿Que decir de la visita de Mel a La Sierra de La Paz?


Por Jorge Barralaga
Entre los varios aspectos que provoca comentar, me quedo con uno, no por más, no por menos importante, es solo que me provoca más, como creo le ocurrió a muchos (as): La sensación de que la lucha iniciada a partir del golpe de Estado, es ahora irreversible en su camino hacia una sociedad verdaderamente justa y democrática. Esta expresión se dice fácil cuando se limita a un reclamo o aspiración individual pero, cuando se ve semejante respaldo popular como el del domingo 23 de octubre, solo queda decir que esta lucha y su objetivo son irreversibles.
En la caravana desde San José y en la concentración de Marcala vi gente, rostros, miradas que reflejaban esperanza e ilusión por una Honduras que finalmente romperá con la injusticia, la inequidad y el despojo de una oligarquía insaciable y violenta; esa misma que nos ha usado por más de un siglo para defenderla, a veces con el voto y otras tantas con las armas de un ejército y una policía desclasados, ambos nutridos de campesinos pobres disparando contra sus hermanos (as).
A nadie parecía importarle si quien estaba a la par era pobre o “rico”, liberal o nacionalista o socialista, tampoco si se apoyaba al M-28 de junio o simplemente se declaraba “resistencia pura”, todos (as), absolutamente todos (as) sentíamos ser parte de una sola cosa, el más grande movimiento social y político jamás creado en esta tierra irredenta, el Frente Nacional de Resistencia Popular.
Sin embargo, la historia es incuestionable si se la ve con seriedad, no hay proyecto político capaz de hacerse realidad por el solo hecho de ser justo, ni siquiera contando con el nivel de organización y formación básica necesaria; ese proyecto también necesita un tipo de dirección y liderazgo que sea capaz de interpretar la cultura de las mayorías, de conectar con ellas hasta en las cosas más simples, un liderazgo capaz de generar emoción colectiva en la masa y conducirla hacia el objetivo. Y aquí señores (as), quedó demostrado lo que Mel significa para este pueblo, ya no solo para el de La Sierra, es lo que significa para todo el pueblo hondureño.
Vuelvo al punto. La afirmación sobre el carácter irreversible de la lucha iniciada desde el golpe se fundamenta en 3 cosas: Tenemos un objetivo claro para todos (as), la toma del poder para transformar Honduras a partir de la Asamblea Nacional Constituyente, contamos con estructura organizativa en cada rincón del país sin que se dependa de recursos ajenos a cada comunidad, es un voluntariado político sin precedentes donde nadie espera compensaciones personales y finalmente, tenemos la conducción de un líder de dimensión continental que no necesita demostrar su fidelidad hacia la causa de la Resistencia. Ese es el compa Mel.

Publicado  por El Marcalino
Edición 222, 25 de octubre del 2011

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