Los resultados que nos ha dejado el paso de la depresión tropical Agatha durante el fin de semana, refleja la vulnerabilidad de nuestro entorno, producto de las practicas erróneas y del mal trato que le estamos propinando a la naturaleza.
El 30 de mayo recién pasado, Día del árbol y del ambiente, la naturaleza nos recordó lo expuesto que estamos, ya que con una fuerte dosis de lluvia, los ríos se desbordan porque las riberas están descombradas, la basura arrojada cerca de ellos o en sus corrientes, se acumula y al ser arrastrada por las aguas, obstruye los diques, provocando deslaves e inundaciones, con los lamentables resultados que ya conocemos.
Todos ansiamos las lluvias, pero cuando nos viene abundantemente, nos alarmamos por los estragos que causa, si los ríos estuvieran limpios, si tuvieran suficientes barreras de bosque y vegetación, el agua fluyera normalmente y no habría llenas, desbordes e inundaciones.
En Marcala y zonas aledañas, los daños fueron mínimos comparados con Tegucigalpa, el Sur y otros sectores del país, pero dada la particularidad hídrica de esta región, donde nacen importantes afluentes de grandes ríos de Honduras como El Ulúa, y El Humuya de la vertiente del mar Caribe y El Lempa, Goascoran, Torola y Guarajambala, de la vertiente del Pacifico, es de vital importancia mantener practicas de conservación, cuidado y protección de los recursos naturales.
Para el caso el Ulúa que cruza 10 de los 18 departamentos de Honduras, se constituye en una de las cuencas hidrográficas del país donde descansa gran parte de la economía nacional, sus dos afluentes principales son el Río Jicatuyo que nace en la Sierra del Merendón y el Río Otoro, que nace en Las Montañas de la Sierra de la Paz, con el nombre de Rio Puringla, el nombre de Ulúa lo adquiere a partir del Río Otoro.
Por su parte el Río Humuya donde se ubica la principal Represa Hidroeléctrica de Honduras conocida como El Cajón, se forma de la confluencia de tres afluentes principales el rio Guaralape, que también nace en Las Montañas de La Sierra, cruza el centro de Marcala; el Río Jupuara que nace en la montaña de Yerba Buena y el Río San José que nace en las montañas de Comayagua.
Mientras que de la vertiente de El Pacifico, el Lempa, que cruza de Norte a Sur la República de El Salvador, sus mayores tributarios proceden de Honduras, entre ellos El Torola y el Guarajambala ambos nacen en las montañas de La Sierra de La Paz, puntualmente en Guajiquiro.
Asimismo, el Río Goascoran que recorre 115 kilómetros en la zona fronteriza con El Salvador, se forma de la confluencia de dos ríos que también nacen en las Montañas de La Sierra.
Dado que es de la Montaña de la Sierra paceña, de donde emanan las aguas de tan importantes ríos, es más grande la responsabilidad de los pobladores de estas regiones con respecto al cuidado de las fuentes hídricas.
POR EL AGUA, POR LA VIDA, AUN ESTAMOS A TIEMPO
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