Un poco de historia. Lo que
ahora administra la empresa Aguas de Marcala tiene su pasado cuando el servicio
era prestado por el SANAA; sin duda un mal servicio pero ese no era un problema
del SANAA en particular, lo era de toda la administración del Estado que, desde
mediados de los 70`s, gobierno tras gobierno parecían tener muy claro el
proyecto de hacer fracasar todo lo que sonara a público mediante una formula
bien sencilla, los organismos internacionales de crédito financiaban todo lo
que se les pedía y las cúpulas en el poder político y económico se enriquecían
sin parar.
El
punto es que el modelo de organización centralizada del Estado llega a su fin
en la mayor parte del planeta y con el inicio de la década de los 90`s también
inicia el desmantelamiento de los servicios que el Estado proveía. En Honduras,
esa tarea coincide con el gobierno de Callejas Romero y una de las primeras
medidas fue la promulgación de una nueva Ley de Municipalidades que como
sabemos, asignó nuevos roles al municipio a partir de conceptos como la
autonomía, la descentralización de los servicios y la asignación de
transferencias del estado a cada municipalidad.
Este
relato es necesario para no perder de vista que son muy pocas las cosas que
ocurren por estas tierras sin que tengan el propósito o la bendición de quienes
gobiernan el mundo. Pues bien, en Marcala la gestión para el traspaso del sistema
de agua y alcantarillado inicia en el período 1994/1998 de Israel Urquía, a
quien por cierto acompañé en ese proceso, y se formalizó en el periodo
1998/2002 de Gloria Argueta; desde entonces la demanda siempre fue disponer de
un servicio de agua y alcantarillado con calidad y sostenibilidad operativa,
ambiental y financiera.
Pero
ese objetivo solo sería posible desconcentrando la administración y
garantizando una representación de usuarios (as) con posibilidad real de
decidir. Y francamente, esa búsqueda fue tortuosa, avanzaba un paso adelante y
dos hacia atrás; por las razones que fueran, los alcaldes (as) siempre
encontraron manera de impedir que se concretara la demanda de desconcentrar la
administración, a pesar de existir desde octubre 2003 la obligación legal
contenida en la Ley Marco del Sector Agua Potable y Saneamiento.
Año
2014, la empresa Aguas de Marcala está constituida, es un organismo
municipal desconcentrado y con autonomía administrativa; desde mayo se ocupa
del servicio de agua y alcantarillado de la ciudad y la Ley Marco la obliga a
que “la prestación de estos servicios se rija bajo los principios de calidad,
equidad, solidaridad, continuidad, generalidad, respeto ambiental y
participación ciudadana”.
Estos
principios son la base de las actuaciones que la empresa impondrá a su
funcionamiento pero solo la participación de los usuarios (as) puede garantizar
que esos principios se cumplan y que los objetivos se alcancen. Atrás debe
quedar la sospecha de privatización, ese es un concepto totalmente diferente y
no debe confundirse.
Jorge Barralaga
Publicado por El
Marcalino
Edición 342, 06 de mayo
del 2014
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