Por:
Oscar Mauricio Ramos Henríquez.
También viví
la guerra del 69 y junto a todos los pobladores de Marcala la
evacuación de la ciudad ya que Fidel Sánchez Hernández ,
presidente de El Salvador había jurado venir a sacar los huesos de
doña Carlota Arellano de López, madre de Oswaldo López Arellano
jefe de estado de Honduras, esa misma noche Marcala estaba
militarizada y preparada para repeler el ataque que nunca sucedió,
pero para nosotros fue un mes en que no tuvimos clase y ajenos a la
realidad nacional nos dedicamos a lo que mejor sabíamos hacer:
jugar.
Años después
cuando ya íbamos a las fiestas era con el conjunto “los
Solitarios” que era uno de los mejores conjuntos de la zona (como
me gustaría que hubiese una noche del recuerdo donde se volvieran a
reunir esos grandes artistas como los hermanos Díaz , los hermanos
Bautista, Calixto García .- Me parece que es aún posible pues creo
que solo Rubén el que tocaba la batería es el que ya no está en
este mundo).
Con el avanzar
del tiempo fueron apareciendo las primeras “discoteques” como el
“mauna Loa” de doña Gera Melghem que en realidad solo era un
salón oscuro con una rockola y una lámpara de luz ultravioleta que
causaba sensación porque a uno le “relumbraban” hasta los
dientes y toda la ropa blanca.- poco después apareció el Golden
Gate” de Luìs Sorto que también era con rockola y después uno en
el campo colòn que no recuerdo el nombre pero que como innovación
tenía focos de colores incrustadas en el piso cubiertas con bloques
de vidrio .-Todo esto era bueno pero no le ganaban a las fiestas en
el cabildo municipal (ahora parte de la escuela República de
Honduras).
Siempre hubo un
buen nivel de basketball en Marcala; tanto en hombres como en
mujeres, pero la rivalidad mayor siempre fue entre el 21 de octubre y
el décimo batallón.- El decimo tenía la física, la disciplina
pero el 21 tenía la habilidad y la inteligencia por lo que rara vez
perdía y fue en más de una ocasión que el quinteto del 21 era
reclutado días después de esos vibrantes partidos, pero una vez
liberados volvían a ganarle al décimo (creo que lo que no les
gustaba a los militares es que unos “güirros” les dieran
tremendas palizas y que el prestigio castrense se viera minimizado
ante una barra que gritaba y apoyaba a aquellos jugadores que ponían
alma, corazón y vida, en cada jugada………………..
Publicado
por El Marcalino
Edición 281,
08 de Enero del 2013
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