16 de agosto de 2009

El golpe de Estado, la crisis política y la conciencia social del pueblo hondureño

Jorge Barralaga Semanario el Marcalino
Las crisis colocan a flor de piel todos nuestros sentidos; vemos, oímos, sentimos y procesamos como nunca todo lo que pasa a nuestro alrededor; la intensidad y velocidad de los eventos nos hace crecer rápido en la comprensión de lo que ocurre y a partir de ahí cotejamos los hechos frente a nuestros intereses, el sentido de pertenencia hacia algo y a nuestra propia conciencia. De ahí nace la posición política y la decisión de cómo actuar. A más de 48 días del golpe de Estado, la agudización de la crisis política derivada del mismo ha dejado sin espacio a las posiciones “neutrales”. Sin que nadie pueda alegar no saber lo que pasa, la posición frente a los hechos se reduce a repudiar o aprobar el golpe y la represión, a defender o rechazar al gobierno de facto, a denunciar o esconder las barbaridades que están cometiendo contra del pueblo hondureño. Atrás quedó la interpretación de que lo que ocurre es un problema entre liberales, que lo que se pretendía es el continuismo de Mel o que con la encuesta se estaba violando la Constitución. Los golpistas no pudieron esconder su temor hacia un tipo de democracia participativa que pusiera en peligro el control unilateral que ahora ejerce la oligarquía económica, política y mediática sobre de las decisiones fundamentales del país. El golpe de Estado no pudo ser más gráfico, incluso comprensible para niños. Mientras el Presidente era secuestrado y expatriado y el pueblo salía a manifestarse a las calles, la televisión nacional proyectaba muñequitos, las radios grandes transmitían deportes, los medios de comunicación alternativos eran boicoteados y la cúpula de las iglesias oraba junto a los diputados por el “éxito” del gobierno de facto. El rostro de los “salvadores de la paz y la democracia” apareció en el curso de los días después del golpe. Atrás de Romeo Vásquez y las FFAA estaban: Jorge Canahuati, Rafael Ferrari, Miguel Facusé, Freddy Naser, Chuckry Kaffie, Miguel Andonie, Ricardo Maduro, Carlos Flores, Pepe Lobo, Carlos Kattán, Micheletty, otros. ¿Cómo confundirse frente a este cuadro?, son los dueños de este país protegiendo sus intereses. Todavía más, hemos podido también conocer “los mandos intermedios”, los que se benefician de su cercanía al poder. Entre ellos destaca gente en la que se ha confiado a través de los medios de comunicación por un supuesto compromiso con los pobres; se acabaron los Renatos, Colindres, Won Arévalos, etc. Y a la lista agreguemos a todos los diputados(as), incluyendo los nuestros en La Paz, que también oraron el 28 de junio. Pregunto; ¿Hay manera de que un pobre se confunda sobre su posición frente al golpe?

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