
El presidente depuesto, secuestrado y extraditado violentamente por un sector militar, lo que intentó sin éxito fue realizar una consulta popular no vinculante la cual fue interrumpida por el golpe de Estado del 28 de junio.
La propuesta de Zelaya dista mucho de lo que pasó en 1985 cuando el entonces diputado Roberto Micheletti llamó a una Constituyente para extender el mandato del presidente de la época, Roberto Suazo Córdoba.
Específicamente, el 24 de octubre de 1985, a dos años de aprobada la constitución vigente, varios diputados intentaron introducir la propuesta llamando a una Asamblea Nacional Constituyente, y para ello solicitaban la suspensión de varios artículos constitucionales, los mismos que ahora le sirven a las autoridades de facto para darle legitimidad a la destitución de Zelaya.
Esos artículos son los 373, 374 y 375, referidos a los mecanismos de reforma y defensa de la Constitución. En medio de una trifulca, se suspendió la presentación de la propuesta, dado que en aquel entonces la acción de Micheletti también se consideró traición a la patria y los diputados opositores del partido nacionalista sabían que esa Constituyente únicamente buscaba la extensión del mandato del presidente liberal Suazo Córdoba.
Hay que recordar que en 1985 todavía se sentía los efectos de la guerra de baja intensidad, el escándalo de los llamados “contras”, la doctrina de seguridad del presidente norteamericano Ronald Reagan y aún se consideraba a Honduras como la base de operaciones de los Estados Unidos en Centroamérica.
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